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viernes, 2 de julio de 2010

lunes, 28 de junio de 2010

Problemas con el Movie Maker

Profe no me funciona el Movie Maker. Cuando estoy haciendo la diapositiva se sale de la nada sin guardarse. Pasa eso, o tambien pasa que se traba y tengo que reiniciar todo.

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El Proyecto Morenista vs la Patria de Hoy

El 25 de mayo de 1810 se formó el primer gobierno patrio del Virreinato del Río de la Plata, colonia española que eventualmente se convertiría en la República Argentina. El Virrey Cisneros fue depuesto, y en su lugar asumió el poder del Virreinato la Primera Junta. Esta desconoció la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente en nombre del Rey Fernando VII de España, relevado de su cargo por Napoleón Bonaparte tras las Abdicaciones de Bayona. Como expresó Juan José Castelli durante el cabildo abierto del 22 de mayo, la Junta pretendía gobernar al Virreinato hasta que el rey ibérico regresara al poder; sin embargo, no aspiraba a la independencia, excepto por uno de sus miembros.

Mariano Moreno era periodista, político y abogado, y participó activamente del cabildo abierto de Buenos Aires durante la semana de mayo, y ocupó el cargo de secretario junto Juan José Paso cuando la Primera Junta quedó establecida. Moreno también había propuesto la independencia del Virreinato, y había tenido un plan para la misma. ¿De qué se había tratado esta iniciativa? ¿Cuál era el proyecto morenista para el país? ¿En qué se asemeja el paradigma propuesto por Moreno al que está vigente hoy, doscientos años después?

Nos es imposible responder estas preguntas sin antes revisar su propuesta. Para él, si bien la revolución se hacía en nombre de Fernando, el objetivo era la “patria”; no la nación de herederos de la España colonial, sino la América indígena, la del antiguo Imperio inca cuyas tumbas se conmovían y en sus huesos revivía el ardor al ver “renovado a sus hijos, de la Patria el antiguo esplendor”. Moreno fue el primer criollo en plantear la desunión de la América española. Él mismo expresa en Miras al Congreso el 6 de noviembre de 1810 que “es una quimera pretender que todas las Américas españolas formen un solo Estado. ¿Como conciliaríamos nuestros intereses con los del reino de México? Con nada menos se contentaría este que con tener estas provincias en clase de colonias...”. El Estado quedaría entonces reducido al Virreinato del Río de la Plata, manejado por Buenos Aires y exclusivamente por porteños (unitarismo). Consideró el Virreinato de Lima, por ejemplo, como “otro Estado”, que nada tenía que ver con la revolución argentina.

Mirando el proyecto morenista doscientos años después, damos pie de que algunas de sus misiones se completaron. Para empezar, sofocando la aspiración de Bolívar de unificar América políticamente, los conflictos internos de diversas índoles (económicos, políticos y territoriales, primordialmente) y los intereses extranjeros en el continente terminaron por dividir los reinados del legado español en países bien diferenciados. Si bien las Provincias Unidas del Sur (nombre con el que se rebautizó al Virreinato del Río de la Plata tras la caída de Cisneros) perdieron territorios como los actuales Uruguay y Bolivia, sus límites quedaron delimitados en proporción al alcance de sus fuerzas armadas, y creció como un Estado soberano e independiente. Sin embargo, algunas otras premisas de Moreno quedaron en el más profundo olvido.

El pretendía la formación de una patria de indígenas. Si bien en todos los territorios coloniales se produjo la masacre de los nativos, en ningún lugar perdieron tanto protagonismo social como en Argentina. Aquellos que sucedieron a los primeros gobernantes de la patria tuvieron planes muy diferentes a los de Moreno: las campañas del desierto de Rosas y Roca, la inmigración subvencionada, la preferencia de los empleadores argentinos por la mano de obra europea, el avance de la economía agropecuaria y otros diversos factores, dejaron a las comunidades indígenas rezagadas del progreso social, abandonadas a su suerte en las tierras que sus ancestros gobernaban. Más terrible aún, esta situación no ha cambiado desde el siglo XIX. Hoy en día las comunidades indígenas del Chaco, solo por dar un ejemplo, atraviesan terribles momentos de pobreza, desamparados por un Estado que los ignora. A lo largo del país existen diversas comunidades indígenas, algunas tan disminuidas que se encuentran al borde de la extinción (y con ellas, su cultura), viviendo en las tierras que siempre han habitado pero que, según la legislación argentina, no pertenecen a ellos. Muchas de estas comunidades se han aislado en áreas montañosas o áridas, y algunas otras se han asentado en las periferias de las ciudades.

Moreno también plantea reunirse en otra institución, como una especie de Poder Legislativo formado por porteños, y relegar a la Primera Junta los atributos de un Poder Ejecutivo; su argumento era que la toma de decisiones por parte un grupo tan numeroso como la Junta sería lento e inefectivo. En otras palabras, esta política planteaba dejar las decisiones políticas concernientes a todo el Estado en manos de “la París sudamericana”; una propuesta que fue debatida y justificablemente rechazada por los representantes del Interior y sobre todo por el Jefe del Regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, quienes aspiraban a las autonomías provinciales (federalismo). Fue Saavedra quién logró imponer su punto de vista invitando a formar tal poder legislativo a los representantes de las provincias. Sin embargo, los unitarios se opusieron a delegar labores políticas a los “bárbaros” del Interior: el resultado fue una serie de guerras civiles entre unitarios, que pretendían concentrar el poder político en Buenos y los federales, que defendían su derecho a la autonomía. Con la caída de Rosas, en 1852, se procedió a la sanción de una Constitución federal, aceptada por el Interior y rechazada por Buenos Aires, que se separó de la Confederación Argentina. Tras las batallas de Cepeda y Pavón, Mitre asumió en Buenos Aires la presidencia de una nación unificada bajo el sistema federal, que se conserva hasta hoy. Cabe destacar, sin embargo, que en la práctica, el ejercicio del poder se dio a partir de la fusión de los dos proyectos.

Moreno murió en 1811, y hasta su muerte, sus ideas liberales y sus aspiraciones de romper relaciones con España de manera definitiva fue ampliamente rechazada por los sectores más numerosos que preferían conservar el orden vigente. Sin embargo, años más tarde, cuando la Primera Junta ya se encontraba disuelta, la idea de la ruptura ganó fuerza. Sus ideas de independencia terminante fueron adoptadas más tarde, y finalmente tomaron forma el 9 de julio de 1816. A pesar de que no podemos hablar en términos de “qué hubiera pasado”, podemos afirmar que la patria de Moreno se asemeja bastante a la patria actual, y aunque sus ideas liberales se mantuvieron, estas se adaptaron a través de los años a las distintas realidades que vivió el país.

Bibliografía

Ø Rosas, José María, “Historia Argentina 2”, Argentina, Buenos Aires, Oriente, 1981

Ø Agradecimientos especiales a la Prof. Alejandra Torres

viernes, 18 de junio de 2010